domingo, 7 de noviembre de 2010

Franceses toman de nuevo las calles para rechazar la aprobada reforma a pensiones

Sindicatos reportan la participación de 1.2 millones de personas en 245 movilizaciones
 
Franceses toman de nuevo las calles para rechazar la aprobada reforma a pensiones
 
En Lisboa miles de burócratas protestaron por la política de austeridad del gobierno portugués

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Trabajadores franceses de los sectores público y privado se manifestaron ayer contra la reforma al sistema de pensiones aprobada por el Senado. La imagen, en la ciudad de Lille, del norte de FranciaFoto Reuters
Afp y Reuters
 
Periódico La Jornada
Domingo 7 de noviembre de 2010, p. 24

París, 6 de noviembre. Los franceses volvieron a salir a las calles este sábado, por octavo ocasión en dos meses, como una muestra más de rechazo al aumento en la edad de jubilación, aun cuando el Parlamento ya aprobó la reforma.
Mientras tanto, en Portugal miles de burócratas también protestaron contra las medidas de austeridad del gobierno.
En Francia el sindicato Confederación General del Trabajo (CGT) reconoció al inicio de la manifestación que la participación sería menor a las registradas a mediados de octubre, durante los días más encendidos de las protestas; sin embargo, señaló que 1.2 millones de personas formaron parte de las 245 movilizaciones en el país.
Las autoridades minimizaron la jornada y contabilizaron 375 mil personas, cifra muy por debajo de la reportada por los sindicatos, que destacaron que los franceses siguen mostrando su inconformidad en todo el país por la reforma que eleva la edad de jubilación de 60 a 62 años y de 65 a 67 la edad mínima para recibir pensión completa.
Pese a las protestas que hace dos semanas provocaron un caos por falta de servicios públicos, sobre todo transportes, y de combustibles en el país, el presidente Nicolás Sarkozy llevó hasta sus términos la enmienda. Ésta fue aprobada por el Parlamento el miércoles 27 de octubre, pero aún debe superar un recurso presentado por la oposición socialista en el Congreso. Si pasa ese obstáculo la enmienda podrá ser promulgada en 15 días por el presidente Sarkozy.
Los sindicatos analizan qué estrategia seguir ante la ley que ya fue validada. Este sábado los líderes sindicales confirmaron que hay diferencias acerca de la continuación del movimiento, de cara a su discusión el próximo lunes.
La dirigente del opositor Partido Socialista, Martine Aubry, declaró que la página de esta reforma no ha sido pasada, pero después de la promulgación de la ley, las manifestaciones serán sin duda de otra naturaleza.
Es normal que la convocatoria sea ligeramente inferior, dado que la ley ha sido aprobada, dijo a la prensa Francois Chereque, líder del sindicato Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), durante una de las dos marchas que se realizaron en París, y agregó que es momento de reconocer que el gobierno no dará marcha atrás.
Sin embargo, la CGT –el principal sindicato del país– abogó por mantener la lucha. Haremos todo lo que podamos para evitar que estas nuevas medidas entren en vigor, dijo el líder de la central sindical, Bernard Thibault.
En su punto más alto el mes pasado, las protestas francesas fueron las mayores de Europa contra las medidas de austeridad adoptadas por varios gobiernos para reducir las deudas y los déficit presupuestarios que contrajeron en la crisis económica mundial.
Rechazo a recorte salarial
Miles de burócratas portugueses protestaron esta tarde en el centro de la capital Lisboa contra las medidas de austeridad del gobierno socialista, en especial contra la reducción de los salarios del sector público.
La movilización, organizada por el Frente Común de Sindicatos de la administración pública, es considerada como un ensayo antes del paro general previsto para el 24 de noviembre.
Se trata de la primera movilización social de envergadura desde la presentación del gobierno de José Sócrates del presupuesto para 2011, marcado por rebajas salariales de entre 3 y 10 por ciento en la administración pública.
El texto, adoptado en primera lectura el pasado miércoles por el Parlamento, debe ser votado definitivamente a fin de mes.
Los funcionarios, cuyos salarios están congelados desde 2009, denuncian igualmente la suspensión de las promociones, el congelamiento de las jubilaciones y el alza de las cotizaciones sociales.
Presionado por Bruselas y los mercados financieros, el gobierno portugués se comprometió a reducir el déficit público en 5 mil millones de euros en 2011 para llevarlo a 4.6 por ciento del producto interno bruto a fin de ese año, contra 7.3 por ciento pronosticado para 2010.

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