Malas noticias
Posted: Noviembre 1, 2010 by aselaviar in periodismo
Etiquetas: libertad de expresión, periodismo, Reporteros sin fronteras
Etiquetas: libertad de expresión, periodismo, Reporteros sin fronteras
Rosa María Calaf, Mayte Carrasco, Rafael Maturana y Aurelio Martín hablan de periodismo y libertad de expresión en la UC3M
76 periodistas asesinados, 33 periodistas secuestrados, 573 detenidos, 1456 agredidos o amenazados… Son los datos que arroja el informe de 2009 de Reporteros Sin fronteras, unas cifras que recuerdan que la información y los informadores siguen estando en el punto de mira y que tristemente la verdad sigue siendo incómoda para muchos.

Las cifras así expuestas parecen no decir nada. Por eso es necesario poner nombre y apellidos a los que cada día se juegan el tipo para informar desde los lugares más convulsos del planeta. Algunos lo hacen por vocación, muchos otros por necesidad. Mayte Carrasco tiene la suerte de pertenecer al primer grupo, al de los periodistas que voluntariamente acuden a los lugares en conflicto para contarlo. Las condiciones laborales de los corresponsales son pésimas. Y la culpa, en gran medida, es de los propios periodistas, que han aceptado estas reglas del juego. “El corresponsal de guerra es una especie en extinción”, afirmaba Myte Carrasco. El modelo de periodista freelance que se costea el viaje y que debe amortizarlo perjudica seriamente la calidad del trabajo, pero sobre todo, pone en peligro la seguridad de la persona. “Al billete de avión hay que sumarle 300 euros del seguro de repatriación, más 600 por el sobrepeso del chaleco anti balas”, explicaba. Lejos de exigir mejoras laborales, hay periodistas dispuestos a hacerlo gratis.

“El periodismo era más fácil antes”, no lo dice cualquiera, lo dice Rosa María Calaf, la eterna corresponsal de pelo rojo y entonación cantarina que a través de las ondas de televisión española llegó durante décadas a todos los hogares. “Hay que luchar contra el concepto mercantilista de la sociedad”, proclamaba. “El periodismo riguroso y comprometido tiene que lidiar con la precariedad laboral de los periodistas y con la espectacularización de la información”. Como ejemplo de esta tendencia recordaba la ceremonia de los premios Príncipe de Asturias. ¿Por qué ningún medio se atrevió a doblegar el poder mediático de la selección de fútbol con el discurso sensato y conciliador del escritor libanés Amin Maalouf? Porque prefieren “una sociedad que consuma pero que no piense”. De su exposición también merece la pena quedarse con dos recomendaciones, los libros “Identidades asesinas” y “El desajuste del mundo” del ya mencionado Amin Maalouf y, por supuesto, sus referentes periodísticos, Bárbara Walters y Enrique Meneses.

No hay comentarios:
Publicar un comentario