domingo, 7 de noviembre de 2010

Historias

Dos amigas empleadas del banco atendían ventanillas. Entró un hombre trayéndole bastimento a una. La otra al verlo se sorprendió y lloró, era muy parecido y casi idéntico a su difunto padre. Cuando pudo preguntó a su amiga quien le respondió que sí, que era su padre. Entonces, volvió a llorar.

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