martes, 2 de noviembre de 2010

"Identidades asesinas" de Amin Maalouf

"Identidades asesinas" de Amin Maalouf


Breve, de prosa sencilla, fácilmente comprensible, por momentos poético, y al mismo tiempo profundo, inteligente y sugerente es el ensayo de Amin MaaloufIdentidades asesinas” (Les identités meurtrières).
Se trata de una reflexión sobre el concepto de identidad y de cómo a partir de una visión estrecha, exclusivista, simplista, por unos hábitos mentales, se tiende a reducir dicha identidad a una sola pertenencia que se proclama con pasión y que ha sido históricamente fuente de conflictos (rechazo, guerras, genocidios, marginación social, etc.)
La identidad, defiende Maalouf, es un conjunto de pertenencias que posee cada individuo: lengua, religión, aficiones, gustos culinarios, sexo, color de la piel, experiencias, etc. Tan complejo que no hay dos individuos con la misma identidad.
La identidad es dinámica, se construye y transforma a lo largo de la vida. Luego, ¿Por qué enfrentarse a alguien por un solo rasgo de su identidad por importante que pueda parecernos?, por el color de su piel, por su religión, por su lengua,…
Maalouf hace propuestas para favorecer el entendimiento entre culturas. Por ejemplo, anima al inmigrante a que aprenda aspectos de la cultura de la sociedad de adopción pero también al autóctono a interesarse por la cultura del recién llegado. El autor apela a la reciprocidad, elemento esencial para que el inmigrante sienta no sólo que es aceptado en la nueva sociedad, sino incluso que su cultura empieza a formar parte de la sociedad de adopción.
Maalouf también habla de terrorismo islámico y dice textualmente: cuando los musulmanes del Tercer Mundo arremeten con violencia contra Occidente, no es sólo porque son musulmanes y porque Occidente sea Cristiano, sino también porque son pobres, porque están dominados y agraviados y porque Occidente es rico y poderoso. He escrito “también”, pero estaba pensando “sobre todo”.
Un poco más adelante –sigue con el Islam- advierte que además de la fe entran en juego muchos otros factores que lo explican mejor. Podemos leer diez voluminosos tomos sobre la historia del Islam desde sus orígenes y seguiremos sin entender en absoluto lo que está sucediendo en Argelia. Pero si leemos treinta páginas sobre la colonización y la descolonización, lo entenderemos mucho mejor.
En otro apartado el autor nos habla de la mundialización a la que muchos reaccionan con un reforzamiento de la necesidad de identidad. Apela a no quedarse sólo con lo negativo de la misma, que efectivamente existe: tendencia a la uniformidad, empobrecimiento cultural, hegemonía de una cultura dominante…sino a utilizar las nuevas tecnologías para acercarnos a otras culturas, a las que, por supuesto, hay que preservar.
Hay otros aspectos muy sugerentes en el libro que no quiero desvelar para no alargarme demasiado, y para poner al lector el caramelo en la boca de manera que acuda a la librería o biblioteca más próxima a hacerse con ejemplar cuya lectura, sin duda, no le decepcionará.
 

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